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Duelo y Divorcio

Duelo y Divorcio

 Beneficios y familia.

Normalmente no asociamos estos dos términos. Duelo, divorcio. Y mucho menos  relacionamos beneficios con familia.

La idea, pues, es empezar a relacionarlos, ya que hacerlo te permitirá entender lo que ocurre cuando te divorcias.

EL DUELO

De acuerdo con la teoría elaborada por Elisabeth Kübler Ross, ante una pérdida, se produce lo que conoces como el duelo. En este proceso de duelo, hay cinco fases; que se pueden resumir en la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación.

Es necesario pasar por todas las fases del duelo, elaborarlo para finalizarlo.

¿Y porqué razón lo asocio con las relaciones de pareja?

Puesto que, cuando acaba una relación de pareja hay una pérdida, también se produce en ese momento un proceso de duelo.

Aplicando esta teoría de Elisabeth Kübler Ross a la ruptura de la pareja, podríamos simplificar el proceso del duelo de la siguiente forma:

1. FASE DE NEGACIÓN: Ante la ruptura, quedas en  shock, te sientes abrumado, no  puedes dormir ni tienes hambre, vives las emociones desbordadamente; básicamente todo te hace llorar. No sabes autosostenerte. Y necesitas rodearte de un círculo de confianza.

2. FASE DE LA IRA: En la que buscas la causa de la ruptura, sientes básicamente rabia y te rondan constantemente pensamientos de baja autoestima.

3. FASE DE LA NEGOCIACIÓN: En la que aceptas cuan incomprensible es lo que te ha pasado y crees que puedes hacer algo para cambiar la situación.

4. FASE DE LA DEPRESIÓN: Asumes la ruptura, básicamente sientes tristeza, todos los recuerdos están muy presentes, ves en todas partes cosas que te recuerdan a la expareja. Se pueden manifestar la heridas, como la de abandono.

5. FASE DE LA ACEPTACIÓN: Comprendes la ruptura, y puedes empezar a enfocarte en ti mismo, ya no en la relación, refuerzas una nueva identidad y  desarrollas un proceso de autoconocimiento, y con el tiempo, empiezas  a salir, a conocer a gente nueva… a darte una nueva oportunidad.

EL DIVORCIO

Y ¿qué tiene que ver esto con los procedimientos judiciales de separación o divorcio?

*Aunque hable sólo de divorcio me refiero a separación – no os habéis casado-, y al divorcio – os habéis casado.

Resulta que normalmente se juntan ambos procesos, el del duelo y el de divorcio.

Y por eso, es importante que identifiques en qué fase del duelo estás.

De esa forma, vas a poder diferenciar cuales son tus emociones (duelo), y cuales son tus necesidades y las de tu familia (divorcio).

Y, llegamos al punto clave. Al diferenciar emociones y necesidades, podrás, en el procedimiento de divorcio,  pedir y negociar con tu expareja las medidas más acordes a estas necesidades propias y a las de la familia, que incluyen las necesidades de los hijos. Y tu expareja podrá hacer lo mismo, con sus necesidades y las de la familia, desde su punto de vista.

Piensa un segundo que pasaría si mezclas emociones (duelo) y necesidades (divorcio). En ese caso, puedes llegar a resultados no deseados, tal como he observado asistiendo a mis clientes en sus procedimientos de divorcio.

Lo que quiero decir es que, por ejemplo, se puede cronificar el divorcio, y que el procedimiento dure años y décadas. Quizás te preguntas porqué no llegas nunca a un acuerdo o porqué se alarga, y el otro no cumple, llegando, incluso, a procesos de ejecución de sentencia.

También puede ocurrir que no estés dispuesto a pactar nada, por ejemplo, si te encuentras en la fase de la ira. Inconscientemente, puedes pensar “al enemigo ni agua”.

Puede que, como padre o madre, no quieres pagar nada de pensión de alimentos para tu hijo menor. O, no quieres, bajo ningún concepto, que el hijo tenga un régimen de visitas y comunicación con el otro progenitor.

Otro escenario que puede darse es que puedes estar dispuesto a pactar acuerdos en contra de tus intereses o los de tu familia, cuando estás en la fase de la negación o en la de la negociación.

Me explico. Puedes aceptar una pensión de alimentos, para el hijo menor, de 50 € al mes, cuando el otro progenitor cobra 3.000 € mensuales. Y, como sabes, con 50 € al mes un niño no vive.

O, puedes aceptar pagar una pensión de alimentos, para el hijo menor, de 500 €, cuando estás en paro, cobras 600 € de prestación por desempleo, y, por lo tanto, no vas a poder pagar o si la pagas no vas a poder comer.

Y por eso, es bueno poder separar emociones de necesidades, pactar medidas beneficiosas para los hijos comunes y para toda la familia, cumplirlas con buena disposición y de forma natural; y convivir con el nuevo modelo de familia en el que ésta se ha transformado, el de los padres separados.

Si quieres realizar una consulta jurídica, puedes hacerlo aquí: https://irenemacharealberni.com/contacto/

 

Irene Macharé Alberni